En Crivillén se guardaba la conserva realizada en invierno para estos menesteres del almuerzo junto con el jamón del cual se cortaban filetes gordos de magra con grandes vetas de tocino que daban fuerza a los hombres y mujeres para hacer dicha tarea a pleno sol del verano con el agua del botijo a la sombra para refrescarse.
La comida se realizaba en el propio campo normalmente en un puchero de barro que se ponía al lado de la lumbre de la hoguera que se encendía para tal menester, delimitado por cuatro o cinco piedras gordas zaumadas de hacer el fuego en el mismo sitio año tras año, el plato más habitual era arroz con patatas y costilla de cerdo, en el mismo plato iba incluido todo, el primero y el segundo plato, yo recuerdo que estaba delicioso.
Otro plato era las patatas y las judías tiernas que ya se recogían de la huerta o las judías blancas secas de la temporada anterior
El buen vino de la bodega de cada cual no podía faltar, eso si en la bota lo más freco posible puesta a la sombra de alguna noguera del campo que se estaba cosechando.
Receta:
400 grs. arroz
2 patatas
2 tomates
500 grs. costillas de cerdo troceadas
1 cebolleta
1 diente de ajo
azafrán y colorante
aceite y sal
mantequilla
1 rama tomillo
1-1,5 lts. agua
Preparación
Sofreír en una cazuela, la cebolla y el ajo, luego el tomate y las costillas durante 8-10 minutos.
Echar agua y el colorante y azafrán, hervir durante 30 minutos y colar a otra cazuela.Reservar las costillas.
Sartén con un poco de mantequilla y tomillo, saltear las patatas a cuadraditos hasta que casi están hechas.
En otra cazuela, con una gota de aceite rallar un tomate y sofreírlo, añadir el arroz y dar unas vueltas, echar el caldo que habíamos reservado, la sal, y cocer 20 minutos, a los 5-10 minutos añadir las patatas y las costillas , hasta el final
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